top of page

El “efecto porrista”: ¿estar en grupo nos vuelve más atractivos?

Las asimetrías y desproporciones individuales de los rostros tienden a suavizarse o volverse “promedio” cuando se ponen unos junto a otros; así, nuestros rostros son percibidos menos “diferentes”, por decirlo así, y probablemente más atractivos. Walker y Vul demostraron esto en cinco experimentos donde los sujetos debían evaluar lo atractivas que les parecían las fotos de algunas personas. Algunas fotos mostraban rostros individuales y otras rostros en grupo, o simplemente un collage de rostros aislados.

Tanto en hombres como mujeres, los rostros que aparecían en grupo fueron evaluados como más atractivos por los participantes del estudio. Esto, para Walker, obedece a que “los rostros promedio son más atractivos, probablemente a causa de que las idiosincracias de lo no-atractivo se promedian”, y se refiere a este efecto con un término que tal vez recuerdes de How I Met Your Mother: el efecto porrista (“the cheerleader effect”).

La base de esta asociación (sexista y heteronormativa, pero práctica para ilustrar la idea) es que un grupo de porristas es atractivo porque somos incapaces de determinar el atractivo individual de cada una, por lo que nos fijamos menos en las pequeñas imperfecciones que cada chica pudiera tener. Esa nariz chueca, ese ojo ligeramente caído, desaparecen cuando muchos rostros conforman una imagen plural.

“El sistema visual representa los objetos como una composición”, afirman los investigadores, por lo que los “objetos individuales son juzgados según el promedio de la composición.” Por ello, “los rostros promedio son percibidos como más atractivos que los rostros vistos por sí solos.”

  • Twitter Square
  • Google+ Black Square
  • facebook-square
bottom of page